Hagamos
juntas este cadáver exquisito
como
si un ave revoloteara en la piscina
como
una sirena amando a un dinosaurio
como
un rito que nos alarga la existencia
que
nos prolonga esta idea de amor y sin distancias
y
de océanos por medio.
La
lejanía de acercarse como teoría reivindicatoria
de
un todo indisoluble,
la
idea matemática de que cerca, es una distancia.
Liberemos
este amor, este exquisito cadáver,
aquella
cena.
Elevemos
una amplitud inexacta y serena,
esta
vehemente manera de buscarnos
y
decirnos te quiero,
este
hipérbaton sentío.
Continúa
este verso amor, este conjuro,
hagamos
de este cadáver
algo
exquisito.
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