En la enredadera para saltar,
Tarzán de buen humor,
propuestas sin recepción de solicitudes: ven y
date.
Ven y haz. Qué de luz.
Vamos, el tiempo es ahora,
la mochila viaja y cada vez es más liviana, tanto,
que se ha convertido en compañera y se sienta a
oler
y tomar café caliente:
echa su aliento en las manos,
ya es calor que pisa narrando senderos:
la mochila, ya es calor que construye.
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