Nómadas. Migraciones adentro, allí, donde
los países infinitos, paraderos. Y de repente tan pequeña, acurrucada, con las
rodillitas tapando las orejas como para no hacer ruido, las manos de tan
retorciditas que embrionándose, y una que va desapareciendo, como
desdibujándose, diluyendo la acuarela de este lienzo no soy y afónica me canto
una nana. Una vez me encontraron tiritando enredada abrazada a un riñón, pero
esta vez es distinto, en mi útero algo huele distinto, la niña rabia se está
pariendo en este rincón de una sala, sabe a dedo gordo del pie y está
preguntándose cómo es eso de acurrucarse tanto que desapareciendo, que porqué
este dolor en los hombros, porqué el ceño tenso y porqué afónica le canta la
nana.
_
_
No hay comentarios:
Publicar un comentario