jueves, 16 de junio de 2011

Acepto mi soledad. Acepto mi sentimiento de soledad y el dolor que me causa y, en consecuencia, el daño que me hago. Acepto a mi animal de compañía. Acepto que busco el amor y con mi cuerpo también y con él a mi padre. Acepto el sexo rápido y el aplauso como carencia, la necesidad como precariedad. Acepto mi falta de decisión o de personalidad como causa de todo. Mi ignorancia, con su vergüenza, como motor de mi revolución, rebeldía de saldos. Acepto y admito que tomé malos ejemplos, y que tomé de más. Acepto sonrisa como declaración de principio de guerra. Acepto desprecio como matanza. La moda como tránsito degenerativo, pérdida de identidad. Acepto un cañón como caricia. Acepto que hay guerra.

Así inicio este viaje. 
(...)

6 comentarios:

  1. Ola Hola:

    Confesión sincera, más o menos como voy por el camino.

    Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

    Frank Ruffino.

    ResponderEliminar
  2. Pues yo te animo en lo que va después de la línea que acabas de trazar entre ti y el mundo. Te animo con las manos de pompones silenciosos, porque te veo valiente, porque te pesan los pies al andar en peso firme, y porque quiero que avances porque si así brillas, imagina cuando estés lejos de toda la mierda que te paraliza.
    Abrazos, Silvia.

    ResponderEliminar
  3. Amigo de lo mejor que he leido , una abrazo y acepto que se me erizo la piel ,por que tus palabras fueron como si fueran mias .

    ResponderEliminar